Fernando Mayorga: «Si cambia la esfera pública, cambia la democracia»

Fernando Mayorga: «Si cambia la esfera pública, cambia la democracia»

Luego de su exposición en el Congreso de la Democracia en la Ciudad de Rosario, desde Revista Politikón nos acercamos al Profesor Mayorga para solicitar una entrevista, que muy amablemente nos concedió. El polítólogo Fernando Mayorga es un destacado intelectual boliviano que ha dedicado su producción teórica a la elaboración de conceptos que contribuyan a comprender las complejidades políticas del país Andino.

¿Cuál es la importancia de repensar las experiencias latinoamericanas desde producciones teóricas desarrolladas en el seno de los procesos mismos que se intentan explicar?

Primero, creo que hay teorías propias porque corresponde a su objeto de estudio. Uno puede encontrar en la producción de Argentina toda esa reflexión que combina el nacionalismo, el marxismo, sobre todo gramsciano –principalmente- de los 70-, ni hablar el debate que tienen sobre el peronismo. Pasa lo mismo en Bolivia por las características de la sociedad, una clase obrera tan poderosa, una mayoría indígena. Si se quiere hacer ciencia social, te sirven las teorías generales, pero no te sirven tanto. Se ha utilizado el social-darwinismo, el liberalismo, el marxismo y en Bolivia ninguna sirvió para explicar bien las cosas, porque eran aplicaciones mecánicas. Sin embargo, sí hay teorías de elaboración original.

El nacionalismo revolucionario, que surgió en los 40 y sustentó el discurso del Movimiento Nacional Revolucionario tanto en la revolución como después, es fruto de un ideólogo boliviano que vivió en Argentina en total 10 años; él se nutrió de su época, de Lisandro de la Torre, Jauretche. Me refiero a Carlos Montenegro, quien escribe un libro en el año ‘43 que se titula “Nacionalismo y coloniaje” y crea una visión, casi una filosofía de la historia –al estilo hegeliano- de la dialéctica de la nación – antinación. No importa quién ocupe esos lugares y el destino de la patria y su desenvolvimiento de emancipación que se cristaliza en el Estado. En los hechos es así, él lo ha estudiado, y es un libro extraordinario que se ha publicado en Argentina. Con una mirada muy crítica del liberalismo, el positivismo y el marxismo por extranjerizantes, por universalistas.

También puedo nombrar a Zavaleta Mercado, que desde el marxismo hace algo parecido. Escribe su primer libro casi al mismo tiempo que el de Montenegro, pero desde el marxismo empieza a mirar el tinte clasista y él va a generar lo que se llama una suerte de “metodología para entender Bolivia”, que está resumida en la frase: “la crisis como método de conocimiento” ¿Qué quiere decir eso? Hay sociedades que se conocen de una manera y sociedades que se conocen de otra manera, esto depende de cómo funcionan: si una sociedad se reproduce estable en el tiempo, con regularidad puede ser susceptible de conocerse con encuestas, comportamiento electoral, porque hay regularidades explícitas; en cambio, en sociedades como Bolivia donde la inestabilidad es la regla ¿Cómo conoces esa sociedad? A partir de la crisis, de la coyuntura crítica. En un momento de crisis se condensan y se revelan los rasgos de una sociedad, aparecen los actores estratégicos, que no son los formales, y es así como se entienden los Golpes de Estado del 78’ y 79’.

Zavaleta Mercado crea una noción fundamental, y es que Bolivia es una “sociedad abigarrada” donde no solamente se articulan modos de producción sino épocas. De ahí viene la diversidad cultural, y la convivencia de la tecnología de punta en la explotación minera con formas comunitarias de agricultura que son anteriores a los quechuas. Pues todo esto convive en un espacio y en una crisis que se vuelven contemporáneas. Esto también lo podemos encontrar en Ernst Block, representante de la Escuela de Frankfurt, quien tiene un texto bellísimo sobre los efectos políticos del desarrollo desigual, y reformula su dialéctica multidimensional para explicar cómo fue que la clase obrera apoyó a Hitler. Lo mismo Mao Tse Tung, para entender China -que es la nación oprimida- hace lo mismo: la contradicción principal, la contradicción secundaria, el aspecto principal de la contradicción secundaria. El título en chino es “la punta de la lanza que está traspasando el escudo o el escudo que está resistiendo la punta de la lanza”.

También hay teorías -y yo soy marxista en esa medida- que son útiles pero depende de cómo construyas el objeto de estudio; no hagas que el concepto te defina el objeto de estudio, sino que las preguntas que te formules para el objeto de estudio que has delimitado, sean respondidas por tal conjunto de categorías, y no tiene que ser necesariamente por un corpus teórico. En eso soy muy ecléctico, disciplinaria y teóricamente.

Hablando de objetos de estudio, ¿cuáles cree que deben ser aquellos a los que las ciencias sociales deberían prestar mayor atención para continuar pensando y contribuir a los cambios sociales, a seguir pensándonos desde nuestros lugares?

Puntos de contacto. Cualquier hecho social que tú creas relevante, tienes que ver siempre ese encuentro entre la típica agente-estructura, actor-sistema, y eso vale para todo. Por ejemplo el tema femicidio: Bolivia está atroz, no hay ninguna variable que sea común, salvo el asesinato; ni estrato económico, ni nivel de instrucción, ni generación. Los hombres que matan mujeres pueden ser empresarios, campesinos, alcohólicos, jóvenes ¿Cómo se explica esto? Esos son los desafíos que deben afrontar las Ciencias Sociales.

Creo que algo que cuesta mucho es pensar la dimensión temporal, el tiempo en las dos acepciones, cronólogico y el tempo -el ritmo, la animosidad-. Hay que lograr una mirada sincrónica, no diacrónica. Como decía, un momento de crisis que condensa todo incluye también velocidades distintas. Por ejemplo, es lo que Mauricio Macri está haciendo acá en Argentina: primero había que esperar seis meses, ahora un año, para empezar a vislumbrar los efectos positivos de su gobierno, pero el desmantelamiento fue ¿en qué? ¿Tres semanas? Entonces introducir la variable temporal es un enorme desafío.

¿Qué estrategias puede seguir quien quiera afrontar estos desafíos?

Yo he vuelto al Twitter, volví después del Referedum porque noté una desvalorización del debate público, porque como aquí, en Bolivia, a Twitter han entrado los periodistas, entonces combinan la agenda mediática con Twitter, con Facebook. Entonces entré y empecé a discutir con periodistas, haciendo aclaraciones conceptuales, para que sean responsables en la esfera pública. Por eso le presto mucha atención ahora a las redes sociales, no a las redes en sí, sino también buscando el lenguaje de los jóvenes, las formas de comunicación, la cultura política. Por ejemplo, yo doy clases en la licenciatura, he dejado trabajo para volver escuchar a los jóvenes, porque hay que conocer la discursividad de los jóvenes. Si es otro idioma, otros medios, otra estética, entonces creo que ese es un ámbito de estudio fundamental cómo están construyendo visiones. Tantos prejuicios hay sobre eso, los de alienación, despolitización se usan con mucha ligereza para hablar de ustedes, jóvenes, y no hay conocimiento sobre eso. Yo considero que si cambia la esfera pública, cambia la democracia.

¿Usted cree que en Bolivia este cambio en la esfera pública y por lo tanto en la democracia llegó para quedarse? Teniendo en cuenta el contexto latinoamericano, ¿Podría darse un cambio que implique un retroceso?

Por la política, no. Por la economía, puede ser; porque es tan pequeña la economía boliviana, toda la energía de Bolivia se consume en un barrio de Sao Pablo. Entonces una leve devaluación, mini devaluación, puede provocar logros como haber pasado de una extrema pobreza de 58% a reducirla a un 18%, o haber bajado 6% el índice de desigualdad; esto puede fácilmente retroceder con estas sequías.

Con esa fragilidad, con esa economía tan frágil, la movilidad puede ser descendente otra vez y la nueva clase media puede volver a ser la vieja clase pobre. Un millón de personas de nuevo en la pobreza, puede ocurrir eso al margen de la decisión política y de la reconfiguración y del mapa político. Es decir, no por políticas de Estado, ya que considero que nadie va a cambiarlas; todos los partidos de oposición saben que si quieren disputarle al MAS la presidencia, no pueden hacer una propuesta contra la propuesta del MAS porque no van a captar votantes.

Sobre todo gracias a la legitimidad que posee Evo Morales…

Intento explicar esto en mi tesis principal del 2006, publicada en “Nueva Sociedad”, y es cómo definir el estilo político de Evo Morales. Éste se puede explicar como una combinación de retórica radical y decisiones moderadas. Evo Morales siempre avanza al centro, claramente no puedes ganar en ningún país por mayoría absoluta sin el apoyo del votante medio, y el votante medio es moderado. Entonces, ¿qué hacía Evo Morales? Exclamaba: “¡Nacionalización!” ¿Y qué le decían los guerreros del gas? “Expropiación, expulsión, toma de las instalaciones”. Evo dijo que no: fue por la nacionalización legal, y someterlo a referéndum. ¿Ustedes vieron imágenes de la nacionalización boliviana? Yo era amigo de Evo de antes, pero cuando lo vi ese día ahí dije: “Hay que apoyar este proceso”. Era el Presidente de Bolivia frente a una empresa petrolera, estaba con un megáfono leyendo el decreto de nacionalización, bandera Boliviana, Whipala y los militares afuera de la empresa (afuera, no adentro). Eso fue todo una puesta escena, pura parafernalia: era la debilidad del Estado Boliviano, el Presidente con un megáfono y el poderoso en la empresa. La toma no fue nunca una toma, no tocaron ni un vidrio. Y eso ha hecho siempre Evo.

Otro caso interesante, los indígenas decían: “autonomías indígenas”, la elite regional de Santa Cruz pedía autonomías departamentales; Evo dijo, al final, las dos. Y así, en cada decisión importante asume ese rol, él hace dos actos de posesión cuando asume: uno como indígena y otro como mestizo.

Entonces, ¿podríamos decir que el estilo político de Evo permite llegar a la Bolivia de hoy?

La narrativa te da coherencia, nunca fue coherente el proceso. ¿Cómo irrumpe Evo en la escena política boliviana? En las elecciones de 2002, las primeras en las que se presenta Evo, Sánchez de Losada era candidato y surgió un populista de derecha llamado Manfred Villa, que era famoso por ser el gran alcalde de Cochabamba. Villa tenía un 40% en las encuestas y Sánchez tenía el 40% en contra. ¿Qué deciden los poderes fácticos? Considerando la regla constitucional boliviana de que si ningún candidato alcanza la mayoría absoluta elige el Congreso entre los dos más votados, la apuesta era lograr que entren Sánchez de Lozada y Evo Morales, porque nadie va a votar por Evo, pensaron, en cambio si entran Sánchez de Losada y Villa iban todos contra Sánchez de Losada.

Entonces ¿qué sucede? El Embajador norteamericano declara: “No hay que votar por candidatos ligados al narcotráfico”, con esto empiezan a atacar a Evo Morales. Hay una reacción nacionalista de toda la izquierda frente a esta intromisión extranjera y Evo empieza a crecer en las encuestas. Paralelamente, empieza una campaña contra Manfred Villa, acusado de estar ligado a la secta “mun”.  Y el día de la elección la iglesia católica en los sermones dominicales dice no voten por candidatos ligados a las sectas.

Yo había estudiado líderes regionales, yo le llamaba “liderazgos minimalistas” o “populistas subnacionales”; entonces me llamaba la Embajada norteamericana para que dé mi opinión, porque era el único que sabía sobre estos populistas. Entonces, hacen todo eso y Reyes Villa pierde con Evo por 800 votos. Por 800 votos queda afuera Redes Villa y Sanchez de Losada fue electo presidente. Pienso que algún día cuando hagan el balance desde el Departamento de Estado norteamericano dirán que el mayor fracaso de la política exterior norteamericana fue en Bolivia, porque “levantaron” a Evo para evitar que Redes Villa sea presidente, y acabo siendo Evo presidente durante 10 años.

¿Entonces creen que Evo tenía un plan? El MAS ni siquiera tenía una propuesta de Constitución Política, la que asume es la de los indígenas y campesinos que durante años estuvieron plantándose en la Constituyente y elaboraron un texto de Constitución. Lo de “Estado plurinacional” no era del MAS, el MAS presenta un documento en la constituyente de “Estado intercultural”. El 6 de agosto, cuando se instala la Asamblea, el Pacto de Unidad -que era el acuerdo de las cinco organizaciones indígenas y campesinas de Bolivia- entrega el documento, pero no se queda ahí, no había autonomías departamentales. Quien organiza la negociación es Evo; hay un momento extraordinario, cuando la Asamblea Constituyente aprobó un texto constitucional, y tenía que convocarse a Referéndum rectificatorio. Eso pasaba por 2/3 de Cámara Alta y Cámara Baja, y la oposición controlaba la cámara alta ¿Qué hacen los movimientos sociales? Una marcha para cercar el Congreso ¿Quién estaba a la cabeza de la Marcha? Evo Morales. Me preguntaban: “Oye ¿cómo es esto, el Presidente a la cabeza de la gente para cercar el Congreso?”. Yo les dije: “Es muy fácil, la única manera de controlar esa marcha y evitar que tomen el Congreso es que esté presidida por Evo Morales”. Y se quedó dos noches durmiendo ahí en la plaza, evitando que los cooperativistas y los ponchos rojos quisieran tomar el Congreso, él ahí en la puerta. Y dio autorización para una negociación entre parlamentarios opositores y oficialistas, en la que cambiaron 100 artículos de la Constitución a cambio de que la oposición viabilice el Referéndum. Y así hay muchos momentos en los cuales, ante la circunstancia, toma la decisión; algunos lo llaman pragmatismo. Pasa que él no puede decir que es marxista, porque hace análisis concretos de situaciones concretas como una síntesis de múltiples determinaciones y punto.

Entonces, hoy en día está de moda la palabra “narrativa”, siempre se hace “narrativa” hacia atrás, para darle coherencia a aquello que no puede tener coherencia. Y tampoco puedes pensar que los líderes siempre actuaron calculando racionalmente sus acciones, cuántas veces los resultados han sido imprevistos o las famosas consecuencias no deseadas.


Fotografía: larazon.com

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